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EN BUSCA DE LA “CIUDAD PERDIDA”.

EN BUSCA DE LA “CIUDAD PERDIDA”.

Pocas cosas resultan más emocionantes que partir al descubrimiento de una antigua ciudad abandonada y si ese lugar está envuelto en brumas y lluvias casi permanentes, a la vez que es necesario atravesar innumerables ríos y selvas hasta llegar, entonces,  

comprenderemos por qué la “Ciudad Perdida” ha hecho honor a su calificativo durante cuatro siglos. Teyuna, como se la conoce en la lengua indígena, fue construida por los Tayronas en las laderas de la Sierra Nevada de Santa Marta. Actualmente constituye una de las ciudades precolombinas más grandes descubiertas en América”.La humedad es tremenda y el aire vuela denso, cargado de olores a tierra, a yerba fresca y a excrementos de numerosos animales que no vemos, pero que sabemos que están. Llueve a ratos y el camino se va enlodazando por momentos. Vamos acompañados por el joven Misabel, nuestro Guía, tiene 21 años y parece un buen chico. Conoció la sierra en los años revueltos. Cuando los paramilitares, los narcos y los guerrilleros de las FARC se calentaban por estos senderos. – ¡Mi tío!, me dice,  muchos jefes paramilitares están ahora en los Estados Unidos.  Caminamos bajo árboles gigantes como la descomunal Ceiba de Leche. Las Palmas de cera, los helechos arborescentes, los bosquetes de Tagua y las hermosas Bromelias que cuelgan de árboles musculosos.Por fin, el tercer día,  divisamos muy abajo el cauce del río Buritaca y el grandioso valle que nos tiene que llevar corriente arriba hasta nuestro objetivo. El camino se hace más agreste y complicado si cabe. Las mulas ya no nos acompañan y a partir de aquí llevaremos todo nuestro equipo a cuestas. El río baja con fuerza y con mucho caudal por lo que prestamos la máxima atención en su vadeo. Después avanzamos entre rocas, lianas, raíces gigantes, yerbas y piedras tamizadas de musgo de mil tonalidades verdes. De la selva, de la tupida selva negra surge misteriosa una gran escalinata compuesta por grandes piedras talladas y bien alineadas. El corazón me late con fuerza y no puedo dejar de emocionarme, estamos en el inicio del ancestral acceso a la “Ciudad Perdida”.Sierra Nevada de Santa Marta. Colombia. Octubre de 2010.Jerez, Noviembre 2020.Faustino Rodriguez Quintanilla © Texto y fotos.